Esta semana, con todo el pesar de nuestro corazón, hemos tenido que arrancar uno de nuestros limoneros. Uno de aquellos que se plantaron con el «Amadrina un árbol».
Los hongos lo habían enfermado desde la raíz, quizá por exceso de riego, quizá por falta de nitrógeno en el suelo… Pero si no lo arrancábamos hubiera contagiado al resto. Así que no ha quedado de otra.
También hemos aprovechado para tratar el suelo, algo que ya veníamos haciendo, plantando leguminosas como habas, para aportar nitrógeno al suelo. Aquí todos somos aprendices, ¡pero a veces hay lecciones que nos gustan nada!